Señoras y señores aspirantes a la carrera judicial de la XLV promoción
Están aquí, subiendo el primer escalón en la difícil carrera de la judicatura. Puesto que es una profesión que exige, cada vez más, a quien la ejerce paciencia y lealtad, resistencia a las tentaciones, sacrificio y trabajo arduo, fidelidad a las honorables cualidades, sacrifico de tiempo y relaciones personales y dedicación en el estudio de causas. La judicatura es una profesión que al invertir en ella tiempo y esfuerzo siempre necesitará y pedirá más, y con más fidelidad a ella se arraigará más a quien la ejerce.
Una profesión que ustedes han elegido y los ha elegido a ustedes. La han elegido al presentaros como candidatos para pasar con determinación la oposición que los llevó a este instituto. Los ha elegido a ustedes porque esta profesión selecciona las ciudadanas y ciudadanos más aptos para dictar sentencias y luchar contra las injusticias. Ustedes han sido los mejores en las oposiciones, han merecido el puesto, en este distinguido instituto, por su seriedad en aprender y acumular conocimientos. En este instituto estrecharán la mano a la profesión del honor, dignidad, respeto, justicia, equidad y lucha contra las injusticias. Pero el camino es largo para alcanzar esta profesión. Es una distancia que no se estima con meses y años, ya que, pasan más rápido que el viento, más bien se estima con el grado de paciencia, fidelidad, honestidad, integridad, esfuerzo y constancia en la ética. Pues son cualidades que deben asumir mientras pertenezcan a este instituto, y conservar después de ingresar en la carrera judicial.
Los valores de justicia, integridad, ética, honestidad y honor son indivisibles e indiscutibles, ya que son los pilares y la columna vertebral de la judicatura.
Por ello, tienen que entender las especificaciones de la profesión a la que se han consagrado, conservar su pureza al tratar con los demás, ser leales a su esencia, siendo fieles a la conciencia a la hora de dictar sentencias.
Si deciden tener a esta delicada profesión como compañera de vida, tienen por delante un viaje de dos años para aprender las bases de este oficio y perfeccionar los mecanismos de su funcionamiento. Pues quien aproveche esta formación, accederá a esta profesión con las llaves del éxito en sus manos, pero, en cambio, quien pierda esta oportunidad ya se imaginan cuál sería su estado y el esfuerzo perdido.
Por tal razón, les recomiendo aprovechar las clases y la formación pertinente, ser atentos y curiosos intelectualmente para obtener de sus profesores las llaves y los secretos de la profesión. Profesores, que, en su mayoría, son jueces expertos en ejercicio, catedráticos de gran calibre o profesionales que tienen asimilado todo lo que se tiene que saber sobre las materias que enseñan. Todos ellos enseñarán y ayudarán a los que quieran aprender.
Además, les recomiendo adoptar la ética judicial desde ahora, y aplicar el Código de Ética Judicial inmediatamente. De hecho, la judicatura es ante todo ética y óptimos valores que no se deben abandonar, ya que son la llave del éxito en esta profesión.
Mientras tanto, pido a Dios que los bendiga en el seno del Instituto Superior de Magistratura. Una institución de la que se graduaron destacados jueces en Marruecas, países árabes y África. La mayoría de ellos dejaron una huella permanente en la memoria de la judicatura, hay quien fue un ejemplo e inspiración para nosotros y hay quien será lo mismo para ustedes. El Consejo Superior del Poder Judicial estará a la espera de recibirlos de nuevo, una vez finalizado el periodo de formación con éxito en la adquisición de conocimientos y en la conservación de los valores éticos. Éxito que les deseo a todos ustedes.
Wassalamu alaikum warahmatullah wabarakatuh.
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