El Sr. Mohamed Zaoug, presidente de la Comisión de Ética y Apoyo a la Independencia de los Jueces del CSPJ, señaló que en las últimas décadas se ha experimentado una tendencia general de regularización en materia de ética en diversos ámbitos públicos y privados. El Sr. Zaoug añadió que la Ley Orgánica del Consejo incluye el artículo 106, que obliga al Consejo a elaborar y ratificar un Código de Ética, el cual está actualmente publicado y en vigor.

El Sr. Zaoug considera que la ética en general es un conjunto de reglas reconocidas y adoptadas como método para establecer un comportamiento adecuado en una determinada profesión. El Sr. Zaoug enfatizó que, si bien el Código de Ética judicial está dirigido al juez, implícitamente también se dirige al justiciable y al usuario, con el fin de reconocer e identificar los límites en los que el juez ejerce su profesión y cumple con su deber.

El Sr. Zaoug destacó que el legislador del Código de Ética Judicial ha establecido dos medios básicos para garantizar su implementación: la Comisión de Ética y el apoyo a la independencia de los jueces a nivel del CSPJ. Estos medios tienen la función de difundir el Código a nivel nacional, mantener una comunicación en relación al Código a nivel de las jurisdicciones y colaborar con los asesores en materia de ética, que constituyen el segundo medio para supervisar la implementación del Código.

Por su parte, El Sr. Abdellatif Chentouf, miembro del CSPJ, presentó una intervención en la que destacó el significado de las garantías de gestión de la situación profesional de los jueces. El CSPJ desempeña esta labor en el marco de sus competencias en la administración de la situación profesional de los jueces, como el nombramiento, ascenso, disciplina y jubilación. El Sr. Abdellatif Chentouf afirmó que esta cuestión experimentó varios cambios desde la independencia de Marruecos, culminando en la aprobación de un poder judicial independiente y una asignación constitucional para que el Consejo administre las garantías otorgadas a los jueces.

El Sr. Chentouf añadió que estas garantías tienen como objetivo fortalecer la independencia del juez, resaltando que el Consejo se basa en criterios objetivos y detallados en la Ley Orgánica relativa al CSPJ y en la Ley Orgánica relativa al estatuto de los jueces para la gestión de la carrera profesional de los jueces en todas sus etapas.

En su intervención, el Sr. Hassan El Hadri, Inspector General Adjunto de Asuntos Judiciales, afirmó que la independencia de los jueces es un estado de claridad mental necesario para tomar decisiones o dictar sentencias que no estén influenciadas por intereses externos y que puedan afectar las libertades y derechos de individuos y grupos. El Sr. Hadri enfatizó que esto implica asumir la responsabilidad sin temor ni favoritismos, sin dictar ninguna autoridad al tribunal ni sugerir cómo pronunciarse sobre un caso, ni evitar que los jueces se pronuncien, modifiquen o detengan la ejecución de un caso.

El Sr. Hadri subrayó que el principio de la independencia del poder judicial no fue legislado para satisfacer los deseos personales de los jueces, sino principalmente para satisfacer los intereses de los litigantes, como una garantía fundamental para un juicio justo. La independencia judicial es un deber del juez y no solo un derecho, no es un privilegio del cargo judicial y abarca todas las formas de influencia externa.

En representación de los asesores en materia de ética, Sr. Mounir Al Montasirbillah, presidente del Tribunal de Apelación de Rabat, destacó que el Código de Ética está repleto de conceptos con una dimensión ética que sirven como guía para una labor judicial íntegra y un marco claro para una jurisprudencia sólida y exitosa. Además, señaló que el Código combina objetivos y medios, y se centra en conceptos como la independencia, imparcialidad, igualdad, integridad, competencia, diligencia, audacia, valentía moral, reserva, y buena apariencia.

El Sr. Montasirbillah enfatizó que nadie discute actualmente el papel de la dimensión ética en la construcción intelectual de la función y en todos los actos humanos. Destacó que las funciones asignadas al asesor ético se dividen en dos partes: la primera es preventiva, que consiste en la sensibilización sobre los contenidos del Código, y la segunda está relacionada con el seguimiento y examinación de las infracciones. Por lo tanto, es fundamental que el asesor ético esté familiarizado con las normas del Código, las costumbres del trabajo judicial y las reglas de conducta correcta, para analizar adecuadamente los actos y determinar si constituyen o no una infracción del Código.